Cuando el señor Rato decidió la ampliación de capital de
Bankia, lanzó una campaña publicitaria donde se veía a peluqueros, pediatras,
gente de la calle comprando un paquete de 1.000 € en acciones de la entidad y diciendo
“soy bankero “.
Ni que decir tiene que me lancé inmediatamente en busca de
mis ahorros para convertirme, yo también, en uno de esos felices banqueros,
pero mi ayuda mensual de 426 € no me lo permitió, ya que mis arcas estaban vacías.
Esto me llevó a la depresión e, incluso, a noches de llanto en la soledad de mi
dormitorio.
Pero, ahora, el gobierno de mi nación ha adquirido el 45% de
las acciones de Bankia, por lo que la ilusión de mi vida se ha llevado a cabo,
ya puedo gritar ¡ Soy Bankero ¡.
Llevo unos días esperando la comunicación del consejo de administración
de Bankia que me informe de cuál será la retribución que recibiré al haber
entrado en tan selecto grupo. Ahora no duermo tampoco, pero es porque estoy
lleno de ilusión y esperanza.
Nota. No, no soy idiota pero a veces necesito soñar, para
seguir aguantando